Ayer me fui a los deefes y como niña pueblerina andaba viendo todo, volteando a ver cualquier cosa que pasaba delante, detrás y al lado mio. Y no sé si se me notaba o si tenía un moco en mi nariz pero sentía que todos me veían, algunas veces suelo ser media histérica ejem. Me di todo un tour en el metro porque iba de tasqueña a Quevedo y como no sé qué ruta tomar me la pasé caminando, de ahí me bajé y caminé más, estaba muy corto el camino, pensé que sería mucho más largo. Vi varios personajes y paisajes decrépitos llenos de humo y ruido automovilístico, cada cuadra había de todo y bueno yo me emociono de cada cosa, no tomé fotos porque me la pasé viendo todo, por eso yo ya quiero tener cámara en los ojos.
Llegué rápido a mi casa rendida, comimos y me llevaron al cine, Benjamín Button, como cualquiera de esas películas que narra una historia de vida, es reflexiva y hasta aburrida como cualquier historia narrada de una persona cualquiera que le acontecen buenos y malos ratos.
Me volé del trabajo y hoy que llego nadie preguntó por mi, nadie me buscó y bueno eso no es raro hasta me parece genial, nadie me molesta en el trabajo.
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