No sé por dónde comenzar esto nuevo que me ha pasado, que me ha convertido en una persona digamos emm ¿mayor?, aunque no tan diferente ni distinta por dentro, digo hay que llegar a la madurez algún día, entender las cosas por su mejor lado o por lo menos darles un buen sentido, y no es porque de un día para otro me decidí, es que me he dado cuenta de cada día en mi vida, cómo es que cambian las cosas sin darte cuenta, cuando tienes que hacer cosas porque tienes que hacerlas y algunas simplemente por que las quieres hacer, hacer una rutina y mejorarla o avivarla.
Hoy me traje las bocinas de mi casa a la oficina, primero, las bocinas de una de las coworkers pssss no se ocupan porque nunca está por aquí y ni moverle a su compu que enfurece cual capricornio, la nueva coworker trajo sus bocinas pero eran tan chafas que se descompusieron en el transcurso de cuatro semanas de trabajo arduo. Yo no tengo bocinas y la otra coworker tampoco, la fantasmita ya piró y psss de todos modos ni venía por acá así que nos quedamos sin música. Ya estoy escuchando mi música ea y además la coworker de mi lado es fuckin awesome, es la onda, le gusta toda mi música y hay alguna bien electrosa y una que otra bien gritona jaja…
El fin de semana nos fuimos al papalote, a Leonardo no le gustó ponerse los lentes de la 3D, nadamás se los ponía y se asustaba con los dinosaurios acuáticos. Se la pasó corriendo, gritando, jugando, como cual niño sacado de su cotidianeidad preescolar. Hacía un frío horrible jaja… yo bien friolenta me llevé dos playeras, un sueter y encima mi chamarrota además de mi bufanda y al igual vestí a Leo, algo así como “si yo tengo frío él también tendrá.”
Ya se está pasando noviembre, no quiero que acabe. Pronto será la cena de aquí el trabajo y no sé si pueda llevar acompañante, a ver si puedo ir. Me estoy ilusionando con las ofertas automovilísticas aunque no tenga recursos suficientes.
Aaa qué bonito es esto
The Waitresses – I Know What Boys Like
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